«El hecho que no sea el diseño gráfico quien selecciona la información no convierte su acción en algo neutro: al contrario, al diseñar los modos de acceso a la información, diseña los modos de lectura. Es cierto que no los determina (por lo menos no sólo él), pero su acción no se reduce a transformar los datos en un hecho visible sino que al diseñar, diseña los modos en que ese hecho visible será apropiado por el ojo. Este ojo tan lleno de historia, tan saturado de imágenes...»
Ledesma, 2010: 85