introducción

Fundamentación

A lo largo de la historia, constantemente ha habido intentos de construir pasados y tradiciones y de generar interpelaciones comunitarias. En su libro Los límites de la cultura. Crítica de las teorías de la identidad., Grimson (2011) reflexiona acerca de la importancia del estudio de estas historias:

Aquellas que logran ser efectivamente edificadas, incorporadas, aceptadas y naturalizadas deben ser sometidas mediante el análisis social a procesos de deconstrucción y desnaturalización. Pero además deben ser sometidas a un análisis contextual radical que, al ir a la raíz, reponga el sentido práctico de esas fabricaciones no sólo para los productores, sino para los sectores sociales que las incorporan. Es decir que el significado de una acción sólo puede interpretarse comprendiendo los regímenes de sentido en los cuales se encuentra situada (17).

En tanto dispositivos identitarios que distribuyen las narrativas comunes del pasado a través de la escuela (Carretero y Castorina, 2010), las efemérides históricas nacionales han sido sometidas a este tipo de análisis desde disciplinas afines a la sociología e historiografía. Se ha determinado que la enseñanza de la historia cumple un rol decisivo en la construcción identitaria «en tanto eje que estructura representaciones culturales» (12). La imagen ocupa un lugar primordial dentro de esta práctica, ya que codificar visualmente estos acontecimientos implica «asumir una determinada representación de la temporalidad, la espacialidad y el lenguaje» (Urmeneta, 2007: 35). Teniendo en cuenta esto último, sorprende la escasez de estudios acerca de la manera en que los relatos históricos toman forma en representaciones visuales.

Codificar visualmente estos acontecimientos implica asumir una determinada representación de la temporalidad, la espacialidad y el lenguaje.
Urmeneta, 2007: 35

Dada esta área de vacancia en el diseño de la comunicación visual, consideramos relevante analizar dichas representaciones, aportando una mirada crítica respecto de la manera en que surgen, se instalan y operan los estereotipos visuales dentro de la cultura y, en relación a esto, su incidencia en los imaginarios sociales y la construcción de identidad.

La investigación que nos proponemos conlleva un recorrido cuyas aristas se presentan como desafíos a dilucidar a lo largo de la misma. Por un lado, estudiar la dimensión identitaria dentro del espacio nacional implica comprender profundamente una unidad heterogénea de alta complejidad, donde deben considerarse los marcos reales en los cuales las personas viven, piensan, sienten y actúan (Grimson, 2011). La distribución de estas representaciones en un espacio tan amplio está garantizada por la escuela, institución clave en el proceso de reproducción cultural, ya que instaura año a año el repertorio tradicional de imágenes y valores de la historia oficial. Esto deriva en un universo de análisis de una magnitud extraordinaria, dado que comprende numerosos soportes en un extenso recorte temporal. Teniendo en cuenta estas variables, se vuelve necesaria la realización de un relevamiento particularmente cuantioso, del cual no hay registros precedentes.

Logrado el relevamiento y fichaje del universo de análisis, se presenta un nuevo desafío al momento de seleccionar una muestra representativa de la categoría imaginarios visuales. Sería contradictorio el abordaje de piezas aisladas para dar cuenta de la misma, por lo que se vuelve ineludible reemplazar esta selección por la construcción de objetos de estudio propios. Para ello se realizará un traslado de la teoría propuesta por Aby Warburg para la configuración de Atlas Mnemosyne. Estos dispositivos, novedosos para nuestro campo, lograrán evidenciar la multiplicidad de estratos presentes en los imaginarios.

Con el propósito de obtener análisis rigurosos y de mayor profundidad, es preciso proveernos de un marco teórico que contemple las nociones cultura, identidad e imagen desde un abordaje específico y contextual, poniendo en diálogo a autores contemporáneos. A su vez, estas nociones generan puntos de encuentro interesantes a partir de la configuración de un Nonágono Semiótico particular de esta tesina.

Como se ha explicitado, la indagación de las representaciones visuales de efemérides históricas argentinas es un territorio poco explorado. No obstante, los aportes que se pretenden proporcionar a la disciplina no sólo provienen de este objeto de estudio sino del abordaje de una relación particular de conceptos y categorías al interior del marco teórico y la utilización de una lógica no lineal para la selección y fundamentación de las piezas a analizar, a partir de la apropiación de un dispositivo proveniente del campo de las bellas artes.