metodología

Subsignos: definición y relaciones

Una vez definidos los ejes rectores de la matriz, se habilita la reflexión de los subsignos determinados por sus intersecciones. La nomenclatura de cada uno de ellos se da a partir de la denominación peirceana y, en su interior, se sistematizan las diferentes aristas del signo analizado, cuyos desarrollos conceptuales se han llevado a cabo en el Marco Teórico.

A continuación se ilustra la matriz mencionada, los subsignos se definirán a partir del siguiente ordenamiento, el cual nos permite argumentar tanto su contenido, como sus relaciones.



ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS NACIONALES SIGNO ICÓNICO ESTEREOTIPO
CULTURA

Práctica teórica
2. Cualisigno
Discurso hegemónico

Relato histórico

Tradición selectiva
7. ícono
Atractores visuales simbólicos
8. rhema
Convenciones iconológicas
IMAGEN

Práctica económica
4. sinsigno
Técnicas y soportes de
representación y reproducción
Instituciones de emisión
Ámbitos de circulación
Reproducibilidad y alcance
3. índice
Imaginario visual construido en torno a cada una de las efemérides históricas nacionales analizadas.
9. decisigno
Valores de eficacia y eficiencia de la inserción de las representaciones en el imaginario.
IDENTIDAD

Práctica política
1. legisigno
Procesos sociales sedimentados

Imaginario Social

Reproducción Cultural
6. símbolo
Nivel Icónico e Iconográfico
5. argumento
Estrategias de uso posible del estereotipo visual



Decidimos comenzar por el
legisigno porque nos permite pensar el proceso de identificación con la nación a través de los acontecimientos históricos nacionales como la necesidad política que plantea las condiciones para el surgimiento, consolidación y desarrollo de nuestro objeto de estudio. Este subsigno está constituido por procesos sociales sedimentados actualizados en el imaginario social para promover la reproducción cultural, conceptos que pueden pensarse a su vez como forma, existencia y valor respectivamente.

El cualisigno, al entenderse como la pura posibilidad de las manifestaciones de la matriz, se encuentra fuertemente anclado a la noción de cultura, que en tanto sistema significante total inscribe dentro de sí todas las posibilidades de procesos de producción de sentido (Williams, 1981). El imaginario social (legisigno) reproduce el discurso hegemónico a través del relato histórico instituido, aportando de esta manera a la tradición selectiva, recorte intencional de los acontecimientos del pasado. Nuevamente, las categorías que conforman este subsigno pueden ser entendidas triádicamente. En nuestro caso, este espacio se completará con una versión sintetizada del hecho que conmemora la efeméride, en base a lo escrito por una voz hegemónica en el campo de la historiografía argentina.

Entre las infinitas posibilidades de actualización que responden a la reproducción del relato hegemónico, en esta tesina se trabajará con imaginarios visuales de efemérides históricas nacionales compuestos por imágenes presentes en materiales de aprendizaje destinadas a la educación formal y no formal desde 1950 hasta la fecha. Teniendo en cuenta que nuestro objeto de estudio debería ser capaz de condensar el imaginario visual propio de la historia de nuestro país, no tendría sentido analizar dichas imágenes de manera aislada. Es por esto necesario construir un dispositivo que responda a esta multiplicidad para ocupar el espacio del índice, recorrido que será abordado en el próximo apartado. Continuando con el correlato de la práctica económica, en el sinsigno se estudia el existente a nivel formal, y es por esto apropiado identificar aquí las técnicas y soportes de representación y reproducción, las instituciones de emisión, los ámbitos de circulación y los niveles de reproducibilidad y alcance de las piezas analizadas.

El argumento «funciona como organizador de la totalidad de las decisiones» (Guerri, 2014: 17) y por tanto se ubican dentro de él las estrategias de uso posible del estereotipo desarrolladas por Acebal y Maidana (2009). La selección de determinada estrategia va a definir las características propias de cada representación, así como también el mensaje a transmitir, situado en el lugar del símbolo. En este lugar lógico, el análisis se desglosará en dos niveles propuestas por Eco (1974): icónico e iconográfico. Estas nociones nos permitirán estudiar en mayor profundidad las configuraciones semánticas de cada pieza o grupo de piezas.

Al momento de estudiar las construcciones visuales que materializan el mensaje propuesto, es inevitable analizar los aspectos perceptivos que condicionan el reconocimiento en cada caso. Por tal motivo, en el espacio definido como ícono, donde se estudia la relación del signo con su objeto a nivel formal, nos proponemos catalogar los atractores visuales actualizados en las representaciones seleccionadas. Como ya mencionamos en el apartado de imagen, estas imágenes mentales han sido seleccionados en un contexto sociocultural e histórico específicos y «se encuentran disponibles para contrastarse con un determinado conjunto de formas ocasionalmente percibido, permitiendo identificar (o no) a este último como una de sus variantes posibles» (Magariños de Morentin, 2001: 8). En nuestro caso, es oportuno estudiar las valoraciones de dichos atractores y sus rasgos pertinentes en el rhema, teniendo en cuenta que éste es el lugar donde el nonágono se alimenta del contexto, vinculándose con «las posibilidades que le ofrecen los lenguajes y saberes sobre la forma contemporáneos a su producción» (Guerri, 2014: 18). Este subsigno estará signado por la categoría de convenciones iconológicas, la cual establece una relación semántica entre determinado signo gráfico y un significado codificado, y por lo tanto, nos permite reflexionar sobre la cristalización de los acontecimientos históricos en determinadas imágenes emblema, en tanto piezas que revisten un importante nivel de pregnancia.

Por último, en el dicisigno se constata la efectiva inserción del existente en el contexto material en que se inscribe. Este espacio representa «la posibilidad de relación del nonágono semiótico con el contexto exterior y permite reconstruir todos aquellos valores mensurables y cuantificables que el análisis puede recibir del contexto como retorno de la comparación efectuada» (Guerri, 2014: 17). En nuestro caso, se estudiará la inserción de las representaciones en el imaginario, prestando especial atención a los valores de eficacia y eficiencia para constituir un repertorio simplificado, de fácil reproducibilidad y aprehensión. El mayor o menor acercamiento de estas imágenes a aquellas estudiadas bajo la categoría de imagen emblema en el subsigno anterior, será utilizado a modo de marcador cuantificable del fenómeno. A su vez, se atenderá a las posibilidades brindadas por los sistemas de representación disponibles y los sistemas tecnológicos para su materialización y puesta en circulación.

Habiendo recorrido los nueve subsignos que conforman el nonágono semiótico que se erige como nuestra matriz de análisis, estamos en condiciones de proceder con el estudio pormenorizado del dispositivo que ocupará nuestro índice.