Para finalizar el marco teórico conceptual que presenta esta tesina, consideramos relevante dar cuenta de las relaciones que se generan a partir de sus categorías generales y su desarrollo, evidenciando puntos de encuentro que permitan enriquecer el análisis que dará lugar a las conclusiones de esta investigación.
La construcción de esta revisión tiene como punto de partida las categorías conceptuales propuestas por Pierce a partir de la división triádica del signo. Esta herramienta permite entablar un diálogo entre las nociones propuestas, habilitando espacios de reflexión teórica en los puntos de encuentro de la matriz. Dado que nos proponemos analizar la constitución histórica de un signo, comprendiéndolo como parte de una práctica social, resulta conveniente retomar el recorrido propuesto por Guerri a partir de la relectura de Althusser para guiarnos en el ordenamiento de los conceptos.
Para comenzar, el autor propone delimitar la práctica política, necesariamente entendida como el inicio de toda práctica social, estipulando «las necesidades, leyes sociales y discursos verbales y gráficos –terceridad interpretante– que construyeron los valores socioculturales para el surgimiento, consolidación y posterior desarrollo de ese objeto de estudio» (Guerri, 2014: 19). A continuación, debería demarcarse la práctica económica –segundidad– relacionada con aspectos materiales: «el aspecto más observable y cuantificable de la práctica social [...] atañe a la concreta existencia de productos de consumo puestos en circulación en un mercado» (39). Sólo a posteriori podrá definirse una práctica teórica –primeridad–, conformada por teorías científicas, precientíficas, ideologías, la doxa, las creencias, las preferencias, los gustos, las sensaciones. Por su amplitud, esta práctica «fue y es la más difícil de reconocer, desarrollar y ejercer en cualquier investigación cualitativa» (38).
Planteando un recorrido análogo, podemos definir la noción de identidad como la necesidad social que construye los valores para el surgimiento y consolidación de nuestro objeto de estudio. Por ende, esta noción se ubica como tercer correlato de la matriz, operando activamente sobre las relaciones sociales de los individuos. Como se ha estudiado en el marco teórico, la identificación con la nación no es natural, sino que su configuración histórica es un hecho político que se vale en gran medida de los imaginarios sociales para reproducirse. En nuestro caso, se estudió incisivamente sobre la construcción identitaria a nivel nacional, arribando a su comprensión como un conjunto de sedimentaciones de procesos históricos y políticos contingentes.
Entre los instrumentos que se forjan a partir de la necesidad de generar identificación con la nación se encuentran las representaciones visuales, aspectos observables de esta práctica social y por ende correspondientes al segundo correlato. Las mismas fueron estudiadas en profundidad en el capítulo de imagen, comprendiendo que en tanto signos icónicos se codifican y perciben a partir del acervo cultural, personal e histórico de cada individuo. En el caso específico de las imágenes estereotipadas, se las identifica como representaciones colectivas cristalizadas que vehiculizan significaciones y valoraciones capaces de orientar hacia una interpretación unívoca de la trama social. Por ende, son herramientas potentes en la fijación social de un imaginario.
Como último correlato por definir en este cierre teórico, se encuentra la noción de cultura. En tanto primeridad, podemos definirla como el marco dentro del cual se inscriben todas las posibilidades de procesos de significación y producción de sentido, es el sistema significante esencialmente implicado en todas las formas de actividad social. En este apartado se hace hincapié sobre las nociones de hegemonía y reproducción cultural por considerarse fundamentales en la continuidad práctica de los procesos identitarios.
En el capítulo siguiente, se explicitará de qué manera la tríada conformada por estos correlatos sirve de base para construir una matriz de análisis que nos permita ser incisivos a la hora de estudiar el corpus, y de esta manera, obtener resultados significativos para el campo del diseño de la comunicación visual.