análisis

Lectura Relacional

Luego de someter cada Atlas a un estudio individual y pormenorizado a través de la matriz de análisis, se observaron puntos de encuentro y divergencia cuya riqueza, entendemos, se vuelve apreciable en una lectura relacional que sea capaz de condensar los resultados obtenidos en cada caso.

Retomando el ordenamiento propuesto en la metodología, atenderemos en primera instancia al lugar del legisigno. Comenzar por este espacio implica reflexionar acerca de los valores socioculturales que vehiculiza nuestro objeto de estudio, en términos de práctica política. El surgimiento y consolidación de los imaginarios sociales en torno a efemérides específicas guarda profunda relación con la necesidad política de reproducción homogénea de un relato que incida en la construcción identitaria a nivel nacional. Como se ha mencionado en el capítulo identidad, en nuestro país esto se actualizó en decisiones estatales enfocadas en el desarrollo de un vínculo afectivo con la nación, en pos de instruir a grandes masas de hijos de inmigrantes bajo una historia eminentemente argentina (Carretero, 2004).

De esta manera, más allá de las especificidades propias del relato de cada efeméride, todas atienden a la construcción de una relación empática signada por la valoración positiva de la historia propia. Como se ha visto, aquellas que tratan acontecimientos plurales se erigen como modelos para la sociedad, resaltando cuestiones tales como la unión del pueblo en pos de un objetivo en común, mientras que aquellas que homenajean a próceres destacan cualidades de su personalidad que, se espera, sean replicadas a nivel individual, en especial el sentimiento patriótico.

En segundo lugar, en el cualisigno se retomó la palabra de José Luis Romero como voz autorizada capaz de ejemplificar el discurso hegemónico que subyace a cada efeméride. En el contenido de este subsigno ya es posible percibir el recorte de elementos formales que se pone en valor en pos de una tradición selectiva. Se advierte con facilidad la construcción de un relato histórico-moral donde se ponen de manifiesto las valoraciones del accionar de los personajes, en consonacia con un abordaje de la historia romántico particularista (Carretero y Castorina, 2010). La narrativa de los hechos está estructurada cronológicamente pero, si bien se puede reconstruir un proceso histórico particular en cada caso, los puntos conflictivos son atenuados y no se da lugar a interpretaciones alternativas.

Continuando este recorrido, se estudia el índice, actualizado mediante los Atlas. La construcción de los mismos atiende a la actualización de un porcentaje constante del universo de análisis, y por tanto, las diferencias de volumen de imágenes integrantes de cada efeméride dan cuenta de la preponderancia que se le otorga a cada una. Consecuentemente, esto pone de manifiesto el nivel de prioridad que se le otorga a los valores que éstas consignan en el legisigno.

Por otro lado, en el sinsigno se exponen las regularidades a nivel formal de las piezas relevadas y sus características en términos de reproducibilidad. Corresponde hacer una distinción entre los soportes que contienen las imágenes estereotipadas relevadas. Cada uno de los géneros analizados en esta tesina (manuales escolares, revistas y piezas audiovisuales) posee diferentes alcances y tiempos de lectura. En los manuales, el nivel de alcance está garantizado por su carácter obligatorio como material de apoyo en el aula, y el tiempo de lectura depende en gran parte de la estrategia pedagógica del docente. En cambio, las revistas tienen un alcance y tirada significativa pero no es obligatoria su compra, y el ámbito de consumo de las mismas suele ser el hogar; además éstas suelen proponer instancias lúdicas por medio del armado de figuras o valores agregados como los posters. En último lugar, los audiovisuales producidos por Paka Paka tienen como origen el Ministerio de Educación de la Nación pero se transmiten por una señal abierta a todo el país, lo que posibilita su presencia en términos de educación formal y no formal. De esta manera, queda comprobado que, a pesar de las diferencias significativas entre las piezas, todas garantizan un alto nivel de alcance y circulación. Esto es fundamental dentro de nuestra investigación, ya que, al tratarse de representaciones estereotipadas ineludibles, su fijación social se vuelve indiscutible. Por otro lado, respecto de la técnicas de representación tampoco se observan variaciones significativas. Las regularidades se perciben tanto a nivel diacrónico como entre los diferentes soportes impresos. En su mayoría, estas imágenes reproducen pinturas al óleo, seguido de ilustraciones analógicas. En la última década se observa la proliferación de ilustraciones digitales en revistas, pero aún así estas conviven con ilustraciones más tradicionales o pinturas, como se observa en las presentes imágenes.

Al observar las imágenes en una línea de tiempo se perciben las estrategias utilizadas para actualizar cierta organización de rasgos pertinentes. Si bien se evidencian variaciones a nivel superficial producto de diferentes técnicas de representación, la presencia del principal atractor visual de la efeméride es ineludible, en pos de garantizar el reconocimiento de la misma.

La conmemoración de las efemérides dentro de la currícula escolar cumple un rol clave en el encuentro entre Estado y sociedad civil. Esta práctica se encuentra fuertemente vinculada a la noción de tradición selectiva, dado que las mismas reproducen narrativas comunes del pasado (Carretero y Castorina, 2010). Es por tanto razonable que el argumento de las representaciones estereotipadas de las mismas se asocien a un uso reproductivo, actualizando y reforzando la continuidad de significaciones hegemónicas. Se atenderá a esta estrategia al momento de desentramar los lugares lógicos prosiguientes.

En el símbolo se estudiaron los mensajes propuestos por cada grupo de imágenes atendiendo a dos niveles definidos por Eco. A nivel icónico, las representaciones actualizan un número sumamente reducido de signos que, a nivel iconográfico, se configuran de manera específica para legitimar un mensaje homogéneo acerca del pasado, siempre coincidente con las valoraciones que propone el relato hegemónico.

Las imágenes no se presentan aisladas al lector sino que sus anclajes textuales transparentan el objetivo de reforzar ciertos sentidos y descartar otros. Esto cobra especial importancia en las representaciones menos canónicas, donde es necesario recuperar cierta información para reconocer el hecho.

Los signos que, como mencionamos, se actualizan para la construcción de significados en el mensaje, fueron analizados en el ícono bajo la categoría de atractores visuales simbólicos. Éstos, en tanto conjunto de formas organizado en una imagen mental, conforman el repertorio de elementos que entran en el orden de lo perceptible acerca de estos acontecimientos históricos, de los que se vale la imagen estereotipada al momento de sostener la eficacia de los códigos de reconocimiento de la misma. Atendiendo a nuestro objeto de estudio, la selección de los atractores en el caso de efemérides que homenajean próceres es directa, dado que se valen de sus retratos. Por otro lado, en aquellas que conmemoran acontecimientos históricos, se atiende a un carácter contextual, actualizando principalmente las edificaciones donde sucedieron los hechos.

Los subsignos que restan por analizar corresponden al tercer correlato, que en este caso se corresponde con la categoría de estereotipo. Dicho correlato tiene en cuenta el vínculo «del signo con su interpretante» (Guerri 2014: 11) y por tanto, nos habilita espacios de reflexión respecto de la dimensión valorativa de los estereotipos visuales de las efemérides.

En el espacio del rhema se trabajó con el concepto de convención iconológica, en tanto equivalencia entre determinados signos gráficos y unidades del código de reconocimiento (Eco, 1974 [1986]). En las representaciones estudiadas fue posible identificar, en una dimensión diacrónica, una doble operación de convencionalización. Por un lado, se observa que a la hora de ilustrar el hecho histórico en ámbitos de enseñanza, la reproducción sistemática de un grupo limitado de representaciones restringe la visualización del proceso histórico a un número reducido de atractores simbólicos. Los mismos dan cuenta del contexto pero no ilustran el conflicto ni la profundidad de los hechos acaecidos. Podemos decir entonces que, con el pasar del tiempo, se realiza una gran operación de sinécdoque a partir de la cual los atractores eclipsan el acontecimiento histórico; todo el proceso se suprime y queda supeditado a escasas representaciones. Por otro lado, dado que los atractores simbólicos tienen una libertad de variación acotada, se observa a nivel superficial una reproducción mimética de determinadas representaciones que se vuelven canónicas, configurándose como imágenes emblema. Estas reproducen los hechos del modo más realista y naturalista posible, buscando trasladar el acontecimiento histórico de manera literal, sin concederse licencias retóricas o estilísticas. La técnica pictórica utilizada en la mayoría de las imágenes emblema es referencial al estilo europeo, específicamente el adoptado durante el neoclasicismo, donde se buscaba que el retrato, a través de la pose y la presencia de determinados elementos simbólicos, representara el estatus social, su carrera o su oficio militar.

En los casos estudiados, existe una referencia a los clásicos retratos de estado de las cortes europeas. En estos ejemplos, son evidentes las similitudes entre los retratos emblemáticos de nuestros próceres, con pinturas como el óleo de Fernando VII retratado por Goya.

Corresponde hacer una salvedad con respecto a los episodios de La asombrosa excursión de Zamba, propuestos por Paka Paka. Dado que se trata de audiovisuales de una duración considerable (±20 min), es natural que las representaciones presenten un mayor nivel de variabilidad. Asimismo, habilita un mayor desarrollo y visualización del proceso histórico. No obstante, el hilo conductor de las piezas sigue constituyéndose a partir de escenas con clara referencia las imágenes emblema y se reconstruye el proceso a partir de los espacios intermedios entre éstas.

En el lugar que corresponde al dicisigno, se busca la verificación de la correcta inserción de las imágenes estudiadas en el imaginario social. Como actualizaciones de los atractores mencionados anteriormente, los niveles de eficiencia de estas imágenes pueden ser cuantificables en relación a un mayor o menor seguimiento de las directrices propuestas por las imágenes emblema a las que refieren. Dada una dimensión diacrónica, a pesar de habilitarse nuevas posibilidades de producción y reproducción, es llamativa la repetición sistemática de representaciones canonizadas. La perpetuación de estas últimas encuentra su justificación en las posibilidades que brindan a la hora de integrarse rápidamente al imaginario forjado alrededor de una efeméride, por su alto grado de iconicidad y nivel de circulación.

En gran parte de las publicaciones se recurre a las imágenes emblema, reproduciéndolas miméticamente o haciendo una referencia deliberada a las mismas, a través de representaciones que sólo actualizan la técnica.

Teniendo en cuenta todas las aristas desglosadas, se constata entonces que la estrategia del estereotipo visual es fuertemente reproductiva, dado que actualiza y refuerza la continuidad de significaciones y prácticas dominantes. No se debe olvidar que nuestro objeto de estudio comprende más de cinco décadas de historia, y por tanto es de esperarse que a lo largo del tiempo se recurra a diferentes estrategias en pos de erigir una figura idealizada. Buen ejemplo de ello es el uso metafórico de los códigos gráficos propios del universo de los superhéroes. Teniendo en cuenta que éstos son reconocidos como héroes que generalmente tienen poderes supernaturales y se dedican a combatir el mal protegiendo a los ciudadanos, el traslado de estas características a la figura del prócer es una estrategia que busca actualizar los códigos de representación pero siempre reforzando el mismo mensaje dominante.

Retomamos como ejemplo la figura de San Martín ilustrada para una portada de Billiken, donde se idealiza el Cruce de los Andes a través de la reposición de características que refieren a Superman.

Podemos afirmar que la totalidad de las representaciones atienden a lo propuesto por Williams al momento de definir tradición selectiva: «una versión intencionalmente selectiva de un pasado configurado y de un presente preconfigurado, que resulta entonces poderosamente operativo dentro del proceso de definición e identificación cultural y social» (1977 [2000]: 137). La distribución homogénea del relato generación a generación se dilucida, entonces, como una práctica con fines identitarios, que utiliza la representación visual de los acontecimientos de la historia argentina como una herramienta de reproducción de valores hegemónicos.